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miércoles, 27 de octubre de 2010

Aborto y mortalidad femenina: entre derechos y regulaciones ¿Enseña la Biblia esto?



Uno de los objetivos del milenio es reducir en un 75% la mortalidad materna hasta el año 2015. Las regulaciones del aborto, las condiciones higiénicas y el acceso a anticonceptivos influyen en el tema. 


¿Tener al niño o abortar? Esta pregunta puede dar un giro decisivo a la vida de una mujer. En caso de que no quiera tener el niño, ¿puede abortar sin humillarse ni poner en riesgo su vida? La respuesta a esta cuestión define el porvenir de las mujeres, su relación con la sexualidad, su profesión, su autoestima. Sin embargo, en muchos países del mundo, las mujeres no tienen la opción de decidir, tampoco disponen de métodos apropiados de planificación familiar; la libertad de decidir no existe


Como fuere, en la mayoría de los países en desarrollo los abortos están completamente prohibidos y, a pesar de ello, tienen lugar. Por lo menos 70.000 mujeres mueren cada año como consecuencia de operaciones mal hechas; ocho millones, a nivel mundial, sufren de complicaciones por ello.
Reglamentos nacionales
Aún cuando en la mayoría de los países industrializados, la interrupciones de embarazos se pueden ejecutar en condiciones médicas seguras e higiénicas, no en todos la ley lo permite. En Estados Unidos, la lucha entre quienes apoyan y quienes rechazan  el aborto han llegado a la violencia; en Irlanda, Portugal y Malta está prohibido; Polonia, Nicaragua y el Salvador han endurecido sus leyes al repecto. En China, por el contrario, las mujeres son obligadas a abortar porque cada familia puede tener un hijo, nada más.
En México se ha introducido una regulación de plazos, despenalizando el aborto –la impugnación ante el Tribunal Superior fue rechazada. Ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tres mujeres irlandesas han puesto una querella para flexibilizar las estrictas reglamentaciones de su país.
Por su parte, España pretende unificar sus disposiciones al respecto con la de la mayoría de países europeos introduciendo plazos y el derecho de las menores de edad a no consultar con sus padres. Además –así los planes del Gobierno- el 60 por ciento de los costos de anticonceptivo debería estar cubierto, como medida para evitar tener que llegar al aborto; la Iglesia Católica se opone en España como en otros países.
¿Completamente evitable?
Independientemente de cómo esté reglamentado políticamente, abortos siempre habrá, dice una experimentada asesora de planificación familiar en Alemania, pues “mientras el ser humano viva su sexualidad, ésta siempre estará ligada a un tanto de descontrol e irracionalidad”. Con todo, el número de abortos –a nivel internacional- ha disminuido: en 2003 rozaban los 40 millones anuales, en 2008 fueron cuatro millones menos.
Alemania despenalizó el aborto en 1996
En Alemania –donde no existe un explícito derecho al aborto, pero donde no se penaliza si la mujer lo hace en las primeras doce semanas previa asesoría oficial-, el número de abortos lleva una curva descendente desde 1996, cuando entró en vigor la regulación de plazos. En los años setenta, miles de mujeres salieron a la calle a exigir la abolición del párrafo 218 que penalizaba la interrupción del embarazo.
A 15 años de la conferencia de El Cairo
Al respecto, la Conferencia de Naciones Unidas para Población y Desarrollo decidió en 1994, en El Cairo, que todo ser humano tiene derecho a la salud en el campo de la reproducción y la sexualidad;  toda persona debería poder “decidir libremente si quiere hacer uso de su capacidad reproductiva”. Información y acceso a métodos contraceptivos son parte de este derecho. Y -aunque los abortos no constan entre los métodos de planificación familiar a ser patrocinados-  en caso de que tenga lugar debe ser “ejecutado por manos cualificadas y en condiciones sanitarias apropiadas”, así  la Conferencia de Naciones Unidas.
A pesar de que las resoluciones de la Conferencia de El Cairo tienen quince años, los abortos siguen siendo la principal fuente de mortalidad femenina y la oposición al derecho de la mujer a decidir por sí misma continúa, como también continúa la lucha de los que abogan por la autodeterminación de la mujer. 

Fuente: Deutsche Welle

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